viernes, 7 de septiembre de 2012

Sistema Nervioso Central y Periférico.

El sistema nervioso central (SNC) está constituido por el encéfalo y la médula espinal. Están protegidos por tres membranas: duramadre (membrana externa), aracnoides (intermedia), piamadre (membrana interna) denominadas genéricamente meninges. Además, el encéfalo y la médula espinal están protegidos por envolturas óseas, que son el cráneo y la columna vertebral respectivamente. Se trata de un sistema muy complejo, ya que se encarga de percibir estímulos procedentes del mundo exterior así como transmitir impulsos a nervios y a músculos instintivamente. El sistema nervioso periférico (SNP) es el apartado del sistema nervioso formado por nervios y neuronas que residen o se extienden fuera del sistema nervioso central (SNC), hacia los miembros y órganos.1 La diferencia entre este y el SNC está en que el sistema nervioso periférico no está protegido por huesos o por la barrera hematoencefálica, lo que permite la exposición a toxinas y daños mecánicos. El sistema nervioso periférico es, así, el que coordina, regula e integra nuestros órganos internos, por medio de respuestas involuntarias.
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SNP: El Sistema Nervioso Periférico está formado por todos los nervios que parten del Sistema Nervioso Central y se van ramificando para llegar a todas las partes del cuerpo. Existen principalmente dos tipos de nervios: Los craneales y los espinales. Los nervios craneales, se conectan directamente con el cerebro, son doce pares y pertenecen a los ojos, oídos, nariz, paladar y lengua. Estos nervios permiten la transmisión instantánea al cerebro de lo que vemos, oímos, olemos, y saboreamos. Mandan avisos sobre “peligros” a los que nos enfrentamos y esto permite al cerebro responder inmediatamente y mandar órdenes para actuar y protegernos.
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